martes, octubre 03, 2006

Historia de viajes aéreos 2 (12 de diciembre de 2000 )

Lo que aquí les presento se constituyó en uno de mis viajes de regreso a mi casa desde Colombia en mi época de estudiante!


Tenia pensado contarles como fue mi viaje en bus, las dieciseis horas que duró, lo que pasó con todo detalle, pero realmente no sucedió gran cosa, todas fueron casi sin importancia.

Por ejemplo que cuando me subí al bus mi asiento estaba ocupado por una bolsa gigantesca y una chompa más grande todavia, lo que pense inicialmente fue "mi ventana es mi ventana, por lo que pediré gentilmente me ceda mi puesto", al poco tiempo ascendió un negro gigantesco de esos tipo Shaquille O`neal, y me dijo "permisito, me voy a sentar", yo calladito le cedí mi puesto. Luego pensé "bueno si nos detiene la guerrilla con Shaq y conmigo (por estar a su lado) no se meterán y nos dejarán ir".

Dormí casi todo el tiempo, para ser exactos unas diez horas, es decir seis horas despierto, de las cuales dos horas pasaron viendo una pelicula "Dieciocho otra vez", una hora en las dos detenciones, una para comer y otra para desayunar no prevista por Berlinas pero si por el conductor, para probar unas arepas con queso, chorizo y chocolatito caliente, espectaculares. En las otras tres horas analizar a todos los pasajeros, inventarles historias para pasar el tiempo, "que aquella señora está escapando del marido, el del último asiento es un prófugo de cárcel en plena fuga hacia la libertad, que aquel va a ver a la novia, que ese tipo va a Ecuador a ver a la familia a la que hace casi un año no ve, etc...".

El mismo día de llegar a Bogotá tenía vuelo para Quito, ACES (la aerolínea) me solicitó estar registrándome en el counter tres horas antes, es decir a las cinco de la tarde. A las ocho terminaba de decirle a uno de ustedes por teléfono "te dejo, por que parece que en este instante nos llaman para abordar, claro que demoran algo por que primero abordan aquellos que viajan con menores, ancianos o enfermos, luego los pasajeros entre las sillas 1 y 14, luego de la 15 a la 25, mi asiento es el 16d, por tanto demoro". Pues bien me habia equivocado no nos llamaban para abordar, repitieron el aviso, decía "El departamento de mantenimiento informa que el avión no se encuentra en condiciones óptimas para despegar por lo tanto, esperaremos hasta que se defina si se consigue otro avión para cubrir la ruta o se arregla éste.

Nos tuvieron dando vueltas de sala en sala, dándonos noticias varias, que habían conseguido otro avión, que está pronto a aterrizar procedente de la ciudad de Santiago de Cali, finalmente nos subieron a un bus de ACES y a dos kilometros por hora nos llevaron al mismo avión inicial que ya había sido reparado, despegamos a las diez de la noche entre susurros y dudas de todo el mundo respecto a si el avión habría quedado bien arreglado o no.

Tengo la costumbre de viajar de noche a Quito, por que me encanta observar las luces de mi ciudad, ver mi colegio, mi edificio, el Parque La Carolina, los centro comerciales, en fin tantos lugares con tantos recuerdos. Que pasó en este viaje, que mi asiento daba a la ventana derecha del avión y esa ventana permite observar solamente las afueras de Quito, era la primera vez que no viajaba en el ala izquierda, "mucho de malas" pensé.

Cuando mi cara de aburrido llegaba seguramente al máximo, ocurrió lo increible, observando por la ventanilla, divisé el volcán Cotopaxi, brillaba completamente por que el hielo reflejaba la luz de la luna, se veía sencillamente espectacular, observé que la mayoría de la gente dormía, conversaba, rezaba a Dios para que no permitiera que se cayera el avión o leía, solamente un señor en el puesto inmediatamente anterior al mío miraba también por la ventana, pero en dirección opuesta al Cotopaxi, extendí mi mano entre los asientos y le dije "si miras hacia delante podrás ver al Cotopaxi". Él muy extrañado miró hacia mi, luego donde mi dedo apuntaba, su comentario fue "se ve muy hermoso" note un acento algo exótico (¿extranjero?)considerando que el mio para ustedes debe ser muy singular. Despues me preguntó "¿Por qué supo que me interesaría?", mi respuesta inmediata con una gran sonrisa fue "¿y a quién no le interesaría?"; su replica no se hizo esperar evidenciando su acento extranjero "Lo que ocurre es que yo vengo de Israel exclusivamente para escalar el Cotopaxi" .... mi respuesta un prolongado silencio. Me dijo "Gracias" mientras mi silencio continuaba.

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