lunes, octubre 02, 2006

Historia de un Embarque (Año 2000; El Cabo de la Vela; Colombia) Parte 2/3

Parte 2

Con Jorge Viaña compramos una paca de Coca Cola, es decir 24 latas de ese preciado liquido, al subir al barco las guardamos en el cuarto liquido para que adquirieran ese deliciosísimo sabor que es tan agradable al paladar sobre todo después de una extenuante jornada. Pero el ·&(/%& de Viaña, el primer día por simpatizarle al capitán le dijo “una gaseosita capi” y después el fatídico “Ya sabe donde están capi, tranquilo puede tomar otra más tarde”. Lo cual el capi se tomo muy a pecho, es más no solo el capi, sino todos a bordo, a los dos días, nuestra paca, presupuestada por lo menos para ocho días era historia.

El peor de todos los días fue cuando empezábamos el tercer día a bordo, acabábamos de levar el ancla y empezamos a subir, es decir, pasamos más al norte, intentando dejar atrás el Cabo de la Vela, cuando uno sube lo hace en contra del oleaje, ese día especialmente la mareta estaba completamente violenta, toco cerrar todas las puertas y ventanas del "Redes V", por que se estaba metiendo el agua por absolutamente todas y cada una de las entradas posibles. Eso fue el acabose el movimiento, ya lo empezaba a manejar, pero encerrado sin la refrescante brisa en el rostro fue peor que nitroglicerina, me salí y abrace con mas cariño que nunca el pasamanos, vomite hasta el alma en ese momento.

Resulta interesante como la vida en esos precisos momentos en que empiezas a decir ”Que ·$·&%·$&/·$ hago aquí “ te da una lección, yo me encontraba en la proa abrazado a mi amigo pasamanos cuando empece a darme cuenta de un brillo en el mar, unos destellos luminosos, verde fosforescente saltaban en el mar precisamente donde yo vomitaba era la famosa bioluminiscencia, seres microscópicos que emiten esos destellos luminosos, con que motivo, no se sabe bien, talvez para espantar posibles depredadores, talvez sea su modo de realizar el cortejo, o quizás simplemente para maravillarnos a nosotros y a otros seres de esta creación (que ego tan grande).

La tripulación la constituían, siete marinos, en su orden jerárquico, el capi, el maquinista (como el mecánico), el bodeguero ( se encarga de acomo0dar la captura en la bodega), el redero (el que arregla la red si se rompe), el cocinero, el sexto hombre (lo habitual es que solo hubiera seis marinos, este es el todero) y el guardaespaldas del capi (realmente es el hermano del capitán, pero como no sabe mucho de pesca el capi lo puso ahí para que fuera aprendiendo). El capi nos comunico, que a Viaña lo había designado como Octavo y obviamente yo era el Noveno a bordo.

Uno de los días de trabajo, cuando terminaron de levantar las redes, oh problema una de las redes se había roto, tenia un hueco como de un metro, y pues claro toda la captura se había escapado, nunca se supo que paso, aparentemente no fue contra una piedra, porque con los equipos de navegación existentes se puede evitar las rocas del fondo del mar, talvez había demasiados peces y ocasionaron mucha presión, oh posiblemente un pez muy grande con especies de sierras, como el pez sierra (muy raro en todo caso en este sector del mar). En fin nunca se supo.

Viaña un viejo lobo de mar, le explicó al capitán del barco el correcto empleo de la Ecosonda y del Navegador, y es que casi todas las embarcaciones disponen de los dos equipos, pero a la hora del té, son muy pocos, contados, los capitanes que saben usarlos, y sacarles todo el provecho que se puede. El capitán todo eufórico decidió enseñarle a todos sus colegas las bondades de los dos equipos, razón por la cual cada vez que sabia de otro redero en el área, se comunicaba con él, y le solicitaba acercarse, cuando lo hacia, se dedicaba a explicarle sobre la ecosonda y el navegador, cuando se envolataba, le pedía a Viaña colaboración.

Durante las largas horas de espera a bordo, los primeros días solamente dormí, después empecé a leer un libro que me llevé, “Harry Potter”, no se si hallan escuchado de él, es sobre un muchacho de 13 años que vive con sus tíos, los cuales parecen odiarlo, y llega una noche una lechuza con una carta para el, donde dice que fue aceptado en la escuela de magia “Hogwarts”, mil y un aventuras muy emocionantes. Próximamente estará en cartelera, parece que acá a Colombia llega en algo así como un mes. No se la pierdan.

Nos encontrábamos descansando Viaña y yo cuando de pronto un estruendo nos levanto, rápidamente nos levantamos y corrimos a la cubierta principal, dos de las cuatro redes colgaban tras el barco, la polea que regula el cable de las redes se acababa de romper y soltar, y de no ser por la resistencia de un cabo, dos de las cuatro redes de la embarcación se hubieran perdido, esto nos implico un día de cero trabajo, mientras un compañero redero (otra embarcación nos colaboro con un polea de sobra de la que disponía).

No se pierda en la próxima parte
El Ataque de la Morena

El defecadero

Manaure

Aves

Delfín y tiburón

Borrachera de Viaña

Hamacas

Cabo de la Vela, Estrellas fugaces, Escorpio, Luna, Satélites

Muestras en congelador

Mareo en tierra

Muestras gratis por montones

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