domingo, septiembre 17, 2006

A bordo de camaroneras



Esta foto no corresponde con mi primer embarque, pero igual creo que dan una idea de lo pequeño de la embarcación y de la magnitud del bamboleo!!

Esta imagen allá por el año 2004 corresponde a mi segundo embarque, fue en la zona de Tolú, Golfo de Morrosquillo, el objetivo de dicho crucero fotografiar la mayor cantidad posible de especies capturadas como fauna acompañante de la pesca de arrastre de camarón.

viernes, septiembre 15, 2006

Poema a mi Sobrenada (autor: Gonzalo Arango (Poeta Nadaísta)

el sobretodo es mi mejor amigo
bebemos vino de consagrar en los viñedos
y nos emborrachamos,
compartimos el amor con las mujeres.
mi sobretodo es sensual y seductor.

en la cárcel era un colchón
en los prostíbulos era un refugio
con las manos hundidas en los bolsillos
que me salvaba del naufragio de los besos baratos.

en el invierno me defendía de la lluvia
y en el verano era una sombra luminosa.
mi sobretodo era una incitación voluptuosa a la pereza,
al calor, al heroísmo, al amor, al invierno.
en los momentos de peligro me hacía pasar por detective
y me daba un aire respetable de gran señor del hampa.

mi cuerpo se pierde en él cuando me persiguen,
en mi buena época del parlamento él hablaba por mí:
silencioso
tímido
elocuente.

ha sido una bella disculpa
para eludir serias responsabilidades históricas.

mi sobretodo es a veces el lecho del amor
en los sitios despoblados de la ciudad
tiene un oculto sabor de pecado prohibido.

mi sobretodo es un gran honor.
tiene más historia que una alfombra mágica.
yo lo consagro como el receptáculo privilegiado
donde algunas mujeres tendieron su columna vertebral
completamente desnudas
de cara al sol o a la noche.

mi sobretodo es testigo de la ternura y el terror.
fue acariciado por manos sofocadas de mujer
y desgarrado por puñales de odio.

mi sobretodo tiene quemaduras de tabaco
y huellas de disparos asesinos
y marcas sospechosas de labios rojos.

yo lo empeño por 8 pesos en los momentos de apuro,
mi sobretodo está saturado de sudor animal
tiene residuos de manchas de sangre y aceite...
sonidos vegetales.

cuando no llueve y hace calor me lo quito
me hundo en la noche oscura y mojada
o me hundo en el día lleno de sol, seco.

mi sobretodo es humano y feo
y todos los domingos guarda en sus bolsillos

la angustia de la semana.

martes, septiembre 12, 2006

Escena de la temporada cero de Smallville



Este es mi sobrino Alejo, pero seguro alguien lo confundió con Clark Kent en la temporada cero de Smallville, no creen que les faltó esa etapa en la serie!! En la foto aparece con mi hermano Xavier!

Historia de un Embarque (Parte 1/3) (Cabo de la Vela, Colombia, 2000)

Procederé a contarles un poco de todo lo que fue mi primer embarque. Tengo en cuenta que soy de Ecuador y esto aconteció en Colombia!!



Eran las cinco de la mañana de un día como cualquier otro cuando arribe al terminal terrestre de Santa Marta. Me aproximé a la ventanilla de “Expreso Brasilia” para comprar un tiquete a Maicao, Departamento de La Guajira. Jorge Viaña. Responsable de la Flota Arrastrera y del muestreo a bordo, llegó minutos más tarde.

Nuestro equipaje lo constituía nuestra ropa, no demasiadas mudas eso sí, artículos de aseo, galletas, cajitas pequeñas de Cereal, salchichas en lata, pan tajado, agua en bolsitas (y es que comprarlo en Maicao sale mucho mas caro); unas neveras de Icopor para traer las muestras en hielo, una pala, una draga (un armatoste metálico para extraer muestras de suelo del fondo del mar, re incomodo de transportar y repesado), unas balanzas de esas que se ven en el mercado y finalmente un CTDO (un equipo oceanográfico, que sirve para determinar la temperatura, la salinidad y la concentración de Oxigeno en cada una de las estaciones donde se hizo el muestreo) este equipo se transporta en una caja, que parece el ataúd de un niño, es regrande como de metro y pico, por cuarenta centímetros de alto y de ancho.

Hasta Maicao el viaje fue fácil, aunque a mitad de camino nos paro un reten militar, nos hizo bajar del bus, nos reviso todo el equipaje a todos los que íbamos en el bus y finalmente nos dejaron ir como si nada.

Ya en Maicao todo fue muy curioso, los carros en su gran mayoría eran venezolanos, se maneja mucho el dólar, y se ven solo dos tipos de carros. Unas cuatro por cuatro, último modelo preciosas que pertenecen a los contrabandistas y negociantes que pueblan Maicao, y una cantidad de carros viejos, que parece que en cualquier momento se desarman, casi todos funcionan a modo de taxi. En uno de estos taxis, echamos nuestro equipaje y pedimos que nos llevara al mercado, lugar donde se toma el transporte para el Cabo de la Vela, nuestro destino final. Al taxi, una verdadera reliquia, le sonaba todo, algo metálico rozaba contra el piso, pero nos supo llevar al mercado.

En el mercado, unas camionetas, como las de la oficina, pero con techo de madera, la parte posterior para poder acomodar equipaje en el techo nos llevo al Cabo, el problema nosotros éramos apenas dos de las veinte personas que iban en ella. Mis piernas se encontraban atrapadas entre un costal de arroz y las piernas de cómo dos pasajeros más.

Ya en el Cabo de la Vela, nos estaba esperando el Capitán de la que seria nuestra embarcación por alrededor de diez días, el “Redes V”, barco de arrastre camaronero de 20 metros de eslora (largo) y 6 de manga (ancho).

Llevaba apenas unos pocos minutos sobre el barco cuando nos sirvieron la comida, cuando zarpamos ese movimiento constante surtió muy pronto su efecto, mi semblante según Jorge Viaña, era de total palidez, me ofreció un poco de agua, y ese fue el detonante, me abrace a mi amigo pasamanos, y me dispuse a alimentar a los peces con mi propia cena.

Como a las siete de la noche me fui a acostar en unos camarotes completamente claustrofóbicos de cincuenta cm de ancho, cincuenta de alto, y 180 cm de largo, imaginen como me tocaba dormir a mí. A las diez de la noche me toco levantar para empezar a trabajar y es que los arrastres de camarón se realizan por la noche, hora en la que el camarón se encuentra en el fondo del mar, por tanto arrastran el fondo y saben que lo podrán capturar.

El trabajo no era nada sencillo, debíamos revisar la captura de una de las cuatro redes que trabajan al tiempo. Separábamos los peces grandes, incluido calamares, estrellas de mar, caracoles entre otros. Los cangrejitos pequeños, los peces pequeños, estrellas, caracoles, conchas, etc. la separábamos y la pesábamos, la quinta parte la separábamos para revisarla, las cuatro quintas partes se botaban. Los pescadores se encargaban antes de separar el camarón.

Tanto los peces grandes, como nuestra quinta parte de peces pequeños la trabajamos. Clasificamos toda la muestra por especie. Pargos rayados, Rayas, Tiburones, Mojarra Plateada, Pargo Cebal, Pargo rojo. Claro que a nosotros nos tocaba clasificar por nombre científico (Lutjanus synagris, Eucinostomos gula, Eucinostomus argenteus, Upeneus parvus, Lutjanus analis, Menthicirrus americanus, Dasiatys gutatta, etc.). Los contábamos y los pesábamos, y los registrábamos en un formulario. Suena sencillo, pero la variedad, la cantidad y el reguero lo hacia muy complicado, aparte de que a cada rato aparecía individuos nn, ni idea que serian, esos los revisábamos en la guía de campo, que es un libro como de 700 paginas, si se dificultaba mucho para la bolsa, y al congelador, lo analizaríamos en Santa Marta con mas calma.

Los pargos, que son el principal objetivo del proyecto del INPA, recibían un tratamiento extra. Se los media, se los abría y se determina el sexo y el estado de madurez de las gónadas.

En esas nos demorábamos como dos horas y media, volvíamos a dormir y a la hora y media otra vez a cubierta a trabajar. Y esa fue la rutina de trabajo de todos los días, se podrán imaginar terminé agotado.

Pero bueno a las diez de la mañana o máximo a las doce, ya habíamos completado labores.

La primera noche, que andaba tan mareado trabajaba un poco y me iba para el pasamanos, y a seguir trabajando. Tanto vomite, que tome agua, y como que vacié el estomago totalmente, por que empece a vomitar la misma agua que tomaba. Luego me dieron una coca cola bien fría, me dijeron que por la glucosa, y todo eso, y oh maravilla, una sensación de llenura en el estomago provocado por la gaseosa y fue lo único que no me provoco vomitar. Ahora si me voy a volver adicto a esa cosa.

A las diez de la mañana desayunoalmorzabamos y a las cuatro o cinco de la tarde almorzabacenabamos. Una de las dos comidas por lo menos era comida de mar, ya sea pescado, o calamar o camarón o una combinación de ambas. La vez que nos prepararon pollo, fue la gloria, delicioso, otras veces preparaban carne, pero FUUUUUUUAAAAAAAAAAAGGGHHH, la fritaban con cebolla por montones. Casi todos los días nos prepararon arroz con coco. Y jugo o de lulo (naranjilla para nosotros) o de mora (mora también para nosotros) o agua de panela con limón.

Los primeros días la comida dejo de ser un lujo para volverse una necesidad, lo había vomitado todo y necesitaba comer, pero no tenía ni un poquito de hambre.

continuará...