jueves, octubre 18, 2007

Las Naciones Unidas y la comida

Las Naciones Unidas

Aquí en Alemania he podido encontrar personas de muy diversos países. Creo que el único continente del que no he visto a nadie es de Norte América, gente que pasa completamente desapercibida, no por ser insignificantes, sino por que nadie se daría cuenta que no son alemanes, solamente me entero cuando me lo dicen, "soy de tal lado", claro hay muchos que se reconocen a leguas, por ejemplo, los de Camerún, o todos los asiáticos, que son una verdadera plaga por acá, o los de oriente medio que también son abundantes.

Entre los europeos me he cruzado, al menos que yo supiera que no eran alemanes, con españoles, turcos, un suizo, una yugoslava y finalmente una griega.

Del mismo modo he escuchado infinidad de idiomas, lo cual sucede incluso si tu vas caminando por la plaza central, o haciendo algunas compras en el supermercado. He escuchado italiano, cuando dos presumo italianos se gritaban de un extremo al otro de la calle. Francés de un grupo de gente que conversaba en un café en la plaza central. Japonés, aunque bien pudo ser chino, o bueno tal vez era coreano, de unos turistas que se encontraban tomando fotografías a casas, árboles, estatuas, personas y a casi todo lo que se les cruzara por delante. Portugués a una pareja que caminaba y que discutía el cotejo del fin de semana que enfrentaría a Brasil con Colombia. Y bueno español en diversos lugares, en un club de salsa al conversar con el DJ, en un supermercado cuando escuché hablar por teléfono celular a alguien con un acento más paisa que la bandeja paisa. Pero lo mejor que escuché en español fue cuando Igor, un alemán que viene a veces al apartamento a jugar Poker (y del que ya les había hablado la vez pasada), novio de una española, recibió una llamada precisamente de su novia, empezó a hablar en español, y decía "si mi amor, ya pronto termino de jugar, pero si quieres me voy ya para allá", "no mi amor, como se te ocurre aquí estamos puros hombres" eso era cierto, "bueno mi amor apenas salga de acá te llamo". Luego de que colgó me quedó mirando, como diciendo no vayas a decir nada, y siguió la conversación a veces en inglés, a veces en alemán pero claro una conversación de macho que carga los pantalones en la relación, y la novia por si acaso, habla perfecto alemán.

Otro tema interesante es que acá en el continente europeo parece que hay mucha gente conocida mía o de mis amigos. Para dar un ejemplo, me he comunicado con gente en Suecia, Holanda, Francia y España, pero además me han dicho de gente que me podría recibir en Suiza, Finlandia y Grecia. A mi como que me va a tocas venir al terminar el doctorado para dedicarme ahí sí, a pasear.

La comida y las compras

Se pueden imaginar lo complicado que es, ir al supermercado, e intentar comprar el queso ideal, la sal, el orégano, la pasta dental, el detergente para la lavadora (casi todas las marcas vienen líquidos, no en polvo como usualmente yo he comprado o en Chile o en Colombia).

Venden de todo semi-procesado, creo que mucha gente que disfruta de cocinar (por ejemplo, Alonso) se desesperarían acá por que, la mayoría de la gente, bueno al menos de los jóvenes, no sabe ni hacer un puré de papas, ni un arroz, del modo tradicional. Por ejemplo, Benny preparó un arroz indonesio, congelado, solamente hizo falta calentar un sartén, agregarle unas gotas de aceite, y luego si freírlo unos 5 minutos y estaba listo para servirse. Un arroz al Curry, viene dentro de una bolsa, hay que colocar las bolsas que se consideren necesarias en una olla con agua fría sin sal. Calentar hasta que hierva el agua, dejar 10 minutos más a fuego lento, y se debe retirar de la bolsa y está listo para servirse.

Imagínenme tratando de saber si compro un paquete de espaguetis o una bolsa de arroz, cuando no sabes que características tiene el producto. O cuando vas a eleguir el jabón para lavar la ropa, o que desodorante tiene buena fragancia y obvio sea una fragancia de hombre. Que salchichas comprar, aquí hay una variedad tan espectacular que uno no sabe cual probar cada semana, conozco a alguien que moriría por probar toda esta variedad.

Incluso comprar un paquete de papas fritas pude ser una odisea, ya que acá los sabores son completamente distintos, sabor a páprika, käse (queso), zwiebel (cebolla). O como cuando pensé en prepararme un locro de queso, y no sabía como pedir orégano en alemán, afortunadamente se dice oregano. Y al comprar yogurt, tratar de agitarlo spara ver si era yogurth batido o más bien del que es líquido y parece más leche con sabor.

Pero bueno gracias a Dios, hay algo que es igual en todos los lados a donde he ido, y creo que así debe ser en el mundo entero, y es que en todos lados siempre puedo pedir una Coca Cola y confiar que no sabe distinto.

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