martes, noviembre 06, 2007

Se Habla Español

¿Qué les parece mi nueva camiseta, polera, remera o como quieran llamarla?

lunes, noviembre 05, 2007

Fragmentos de la obra de Rabindranath Tagore


NO PUEDO OFRECERTE UNA SOLA FLOR...

No puedo ofrecerte una sola flor
de todo el tesoro de la primavera,
ni una sola luz de estas nubes de oro.
Pero abre tus puertas y mira; y coge,
entre la flor de tu jardín,
el recuerdo oloroso de las flores
que hace cien años murieron.

¡Y ojalá puedas sentir en la alegría de tu corazón
la alegría viva que esta mañana de abril te mando,
a través de cien años, cantando dichosa!


Fragmentos de GITANJALI

13

La canción que yo vine a cantar, no ha sido aún cantada.
Mis días se me han ido afinando las cuerdas de mi arpa; pero no he hallado el tono justo, y las palabras no venían bien. ¡Sólo la agonía del afán en mi corazón!
Aún no ha abierto la flor, sólo suspira el viento.
No he visto su cara, ni he oído su voz; sólo oí sus pasos blandos, desde mi casa, por el camino.
Todo el día interminable de mi vida me lo he pasado tendiendo en el suelo mi estera para él; pero no encendí la lámpara, y no puedo decirle que entre.
Vivo con la esperanza de encontrarlo; pero ¿cuándo lo encontraré?

17

Sólo espero al amor para entregarme al fin en sus manos. Por eso es tan tarde, por eso soy culpable de tantas distracciones.
Vienen todos, con leyes y mandatos, a atarme a la fuerza; pero yo me escapo siempre, porque sólo espero al amor para entregarme, al fin, en sus manos.
Me culpan, me llaman atolondrado. Sin duda tienen razón.
Terminó el día de feria, y todos los tratos están ya hechos. Y los que vinieron en vano a llamarme, se han vuelto, coléricos. Sólo espero al amor para entregarme al fin en sus manos.

34

Que sólo quede de mí, Señor, aquel poquito con que pueda llamarte mi todo.
Que sólo quede de mi voluntad aquel poquito con que pueda sentirte en todas partes, volver a ti en cada cosa, ofrecerte mi amor en cada instante.
Que sólo quede de mí aquel poquito con que nunca pueda esconderte.
Que sólo quede de mis cadenas aquel poquito que me sujete a tu deseo, aquel poquito con que llevo a cabo tu propósito en mi vida; la cadena de tu amor.