miércoles, diciembre 20, 2006

Feliz Navidad

Por alguna razón, estos tiempos de finales de año
siempre son de reflexión, de compartir en familia,
o de extrañar más a la familia lejana, pensándola,
disimulando la distancia con los amigos cercanos.

Visitar a la familia, significa, en muchas ocasiones
alejarse un poco de los amigos más cotidianos,
a la larga resulta muy difícil estar con todos a la vez,
lo cual no significa que nuestro mensaje no los alcance.

Sea cual sea tu situación, con familia, con amigos, todos
te deseo puedas disfrutar a los que tengas más cerca,
y recuerdes a los que están lejos, y si es posible,
mándale un correo a uno, llama a otro, regálale a un tercero.

No se puede contactar o pensar en todos los que han sido,
pero lo que hagas por los cercanos, o los pocos que contactes,
lo podrás dedicar a todos, así que solamente recuerda,
si los cercanos te ofenden, no te enojes, seguro extrañan a alguien.

Y recuerden, cuando disfruten la cena navideña, si rezan la novena,
si asisten a la misa de gallo, si organizan un reparto de presentes,
cuando escuchen o canten los villancicos, cuando vean a Papa Noel,
cuando abracen a alguien o extrañen a alguien, piensen en mi.

Jajajaja!! Feliz Navidad!!

Paúl


martes, diciembre 19, 2006

Historias de Viajes

Que soy una nenita llorona, que eso me vive pasando todo el tiempo, si lo sé, y la verdad no me importa!

Este es un email que le escribí a unos amigos el 23 de diciembre de 2004.


Ana, Bibi, Fredy “Jojoy”, Mafe y Tigre un saludo a todos ustedes desde aquí, Quito. Donde ya me encuentro desde anoche. Llegué a mi ciudad a las 5 y 40 de la tarde, 5 minutos antes de lo previsto. ¿qué como estuvo el viaje? Pues debo decir sencillamente que bien.

Empecé el día levantándome como a las 8 de la mañana en una calidad mañana en Ibagué, a las nueve y media de la mañana muy presuroso fui al terminal y bajando las escaleras pisé en falso con uno de mis tobillos defectuosos de nacimiento (“el médico de mi colegio me dijo que eran muy delgados para mi altura y para mis largos pies” una carrera en el atletismo frustrada muy pronto, era el más rápido en los 60 metros en mi colegio). Ana me preguntó si estaba bien, yo instintivamente me levanté y dije
que sí. El papá de Ana molestaba con “Bonita forma de bajar las escaleras”.

Conforme pasaba el día me iba doliendo más y más el tobillo y era más difícil caminar. Me pude quitar el zapato a las siete de la noche ya estando en mi casa, tenía el tobillo del tamaño de mi hombro y una mezcla entre verde y morado. Considerando que no estabas acá Tigre para la respectiva sobada (“no estoy muy seguro de que se escriba así”) tuve que emplear una extraña solución denominada “Liquido Chino”, muy utilizado por los chinos para ese tipo de dolores y por lo tanto por mi familia, llevaba años sin usarla. Estaba tan hinchado que si me hubiera quitado el
zapato antes de terminar el viaje no me lo hubiera podido volver a poner.

En general el viaje hasta Bogotá fue muy rápido, el tráfico estaba pesado pero el conductor iba rápido y era bastante diestro, salimos a las diez en punto como estaba previsto y llegamos al terminal terrestre a la una y cuarto. En donde me demoré fue en la fila para pedir un taxi, estuve haciendo fila cargando mi morral nuevo de 70 litros que pesaba 20 kilos (según la balanza del counter de Avianca) y con el tobillo cada vez doliendo más y yo cada vez más cojo, no podía asentar el pie sin que me
doliera. Jojoy recuerda, debes botar esa maleta cuadrada y toda vieja y rota que dejé en tu caasa encartándote un poquito.

Saben soy enemigo acérrimo del celular o por lo menos lo era, siempre que uno está en una conversación con mas personas suena un celular y se interrumpe la conversa, o durante una película o una comida. Y hoy agradezco en el alma estos días con celular, eso me permitió estar en contacto con ustedes, sobretodo mientras estuve en Bogotá, uno se envicia con esas cosas, y es ahora en este instante que entendí su importancia, es la posibilidad de sentirlos cerca a pesar de la distancia, es una
excelente forma de no sentirse tan sólo. A cada uno le coloque una tonada
diferente (Ana = Caprice; Bibi = Polska; Jojoy = Groovy Blue; Mafe = Nokia Tune;
Tigre = Tap Dance) así sabía quien llamaba. Saben la soledad me ha acompañado por mucho tiempo y sçe que lo seguirá haciendo, es inevitable con mi forma de ser, y ustedes han sido la mejor forma de escaparme un poco de ella. En el aeropuerto Intenté hablar con todos ustedes por celular, pero sólo tuve éxito con dos, a otros dos les dejé un mensaje y a la última una rápida despedida de 52 segundos. Mis últimos segundos antes de entrar al túnel los hice hablando por celular y fue bueno por que entré al avión con un sonrisa en los labios por la que había sido mi última llamada por celular, gracias Bibi, sabes una cosa, necesito volver a leer “Momo”. Sabes Mafe, si hubiéramos hablado te iba a proponer que a cambio de compañía en el aeropuerto por una hora te hubiera entregado mi saco azul de una vez.



Ya en el avión me tocó el asiento 23C, junto a un señor muy humilde y bajito (aproximadamente 1.45 m), viajaba a Riobamba, luego de visitar algún familiar en Colombia, casi no hablamos pero me pidió el esfero y me preguntó para que había que llenar ese formulario que nos acababan de entregar, eran los papeles de migración. Antes de que cerrarán las puertas envié un mensaje de texto a las 3 hermosas niñas que acompañaron mi último semestre; Jojoy y Tigre no se pongan celosos.

Por cierto, a propósito del esfero, al meter mi mano en mi morral (aclaro que no es el nuevo sino el que llevo a la U, aunque este semestre casi no lo usé sino para ir a Taganga), en el bolsillo especialmente diseñado para esferos y que es completamente oscuro introduje mi mano para extraer un esfero y cual no fue mi sorpresa al obtener un guante negro en mi mano resultante de haber hecho contacto con la tinta china negra regada de un estilógrafo que me dio por llevar a Ecuador.

Llegue a mi ciudad, a Quito, al único lugar que alguna vez he considerado mi hogar, todos los demás lugares aunque compartidos con gente a la que quiero muchísimo (unos “léase Tigreros y Fredy” más que otros “léase el resto”) nunca fueron mi hogar (“un lugar al que volvería una y otra vez y encontraría la mayor cantidad de cosas inmutables, casi tal cual como las dejé, como si el tiempo no hubiera pasado”).

Mi familia casi no me reconoce, y es que tengo el pelo un poco más largo a lo habitual. Llegaron sólo mis papas y mi hermana, mi hermano y mi cuñada llegaron más tarde a mi casa, ustedes saben el trabajo.

Les regalé 2 copias del “Atlas Pesquero” a mi familia, y lo contemplaron por largo tiempo, a la larga fue una de las razones por las que estuve alejado de ellos tanto tiempo, de no haber conseguido ese trabajo con el atlas, hace rato mis papás me hubieran obligado a regresar a casa.

Smallville, The O.C., Everwood y The Gilmore Girls, ah y E.R. entraron en étapa de repetición de capítulos, por lo tanto ni siquiera esa compañía tendré por el momento. Sorry, Ana, esta vez no podré grabar nada.

La situación económica en mi país y aquí en mi casa no es la mejor posible, de hecho esta vez yo mismo me pagué el pasaje a Ecuador, parece que la mía es la única economía floreciente en mi casa, curioso considerando que yo soy el único que sigue sus sueños y ellos los que se decidieron por el trabajo que más plata ofrecía.

Saben una cosa, lloré en el avión una vez más, una vez más por que creo que llevó diez años haciéndolo, pero saben una cosa, es la primera vez no lloró por llegar a Quito, esta vez lloré por dejar Colombia (“léase a un grupo de colombianos que llevó en el alma” y a los que les escribo este e mail).

No pido largas respuestas a este mail, pero por favor confírmenme que lo recibieron y lo leyeron, y hablen entre ustedes por e mail para confirmar que el resto lo recibió, que sea una excusa para hablar entre ustedes, no me extrañaría que solo dos de ustedes mantengan permanente contacto.

Los quiero muchísimo y espero todos ustedes tengan una super feliz navidad, rodeados de algunas de las personas que más los quieren a ustedes y que ustedes quieren más.

Paul

domingo, diciembre 17, 2006

Le petit bonhomme en mousse

Los invito a que se rian un poco con esto que he encontrado!

El pequeño hombre de espuma! Simplemente genial, se trata de una transmisión francesa, definitivamente están locos estos franchutes.




Y buscando algo similar, (algo que no consegui) me topé con esto

sábado, diciembre 16, 2006

La Plaza de Caldera



Todo pueblo por grande, pequeño que sea, quede en la montaña, junto al mar o en mitad de un desierto debe procurar que su plaza principal sea muy bonita, luminosa, atraiga la mirada de los visitantes y de los residentes.

Algunos elementos infaltables la iglesia principal, una tienda con muchos teléfonos públicos, tiendas para comer o tomar algo, paraderos de buses o taxis. Caldera, ¡cumple la norma!.

Día de Enero - Shakira

Tal y como la antigua Shakira, la mejor de todas.



Te conocí un día de enero,
con la luna en mi nariz
Y como ví que eras sincero
En tus ojos me perdí

Que torpe distracción
Que dulce sensación

Y ahora que andamos por el mundo
Como Eneas y Benitin
Ya te encontre varios rasguños
Que te hicieron por ahí

Pero mi loco amor
Es tu mejor doctor

Voy a curarte el alma en duelo
Voy a dejarte como nuevo
Y todo va a pasar
Pronto verás el sol brillar

Tú más que nadie mereces ser feliz

Ya vas a ver como van sanando
Poco a poco tus heridas
Ya vas a ver como va
La misma vida a decantar la sal que sobra del mar

Y aunque hayas sido un extranjero
hasta en tu propio país
Si yo te digo ¿como dices tu?
Tu aún dices ¿que decís?
Y lloras de emoción oyendo un bandoneón

Y aunque parezcas despistado con ese caminar pausado
Conozco la razón que hace doler tu corazón
Por eso quise hacerte esta canción

Ya vas a ver como van sanando
Poco a poco tus heridas
Ya vas a ver como va
La misma vida a decantar la sal que sobra del mar

Pedóname Negro Manueeeeeeeeel.

Nota aclaratoria: Este cuento no es invención mía, pero casi lo siento mio. Lo escuche el año 1995 en Bogotá, Colombia, un día martes de cuentería en mi universidad, la Jorge Tadeo Lozano, me fascinó completamente el cuento, lo escuché una sola vez. Mi versión, es fiel a la idea original del cuento, sin embargo, cada vez que la cuento, empleo distintas palabras, ejecuto nuevos gestos, siento nuevas emociones. Por eso, muchas gracias al cuentero original, esta es mi versión.




(Léase con acento costeño)

Cuentan los que cuentos cuentan, que en el pueblo de Quebrada Honda en las noches de luna llena, cuando las parejas de enamorados caminan por la plaza central se escucha un susurro que dice "¡¡Pedóname Negro Manueeeeeeeeel!! ¡Pedóname Negro Manueeeeeeeeel!!".

Y es que cuentan los viejos del pueblo, que hace unos sesenta años ocurrió lo que a continuación les procedo a narrar:

En el pueblo vivía un negro muy famoso, por ser el negro más buen mozo de todo el lugar, todas las negras soñaban con poder conquistarlo algún día, aunque solo fuera por una noche. El Negro Manuel que así era como este negro se llamaba todas las noches acudía al bar de don Filiberto, Tío Fili, para los amigos, se tomaba sus buenos rones, después unos vasos de whisky y cualquier otra cosa, y cuando todo los del bar estaban completamente borrachos el Negro Manuel seguía completamente intacto, como si hubiera bebido únicamente agua.

Entre copa y copa bailaba una canción con alguna afortunada, y es que todas morían por el Negro Manuel, primero por que como decíamos era el más buen mozo, segundo porque era el mejor bailarín de todos, tercero porque como era el que más aguantaba en tragos nadie se metía con él y finalmente por que el negro era como un trofeo, destinado solamente para la negra mas linda del pueblo.

A todas las negras les gustaba el Negro Manuel, incluida la Negra Caridad, que era la negra más fea que te puedas imaginar, era tan fea que el Negro Manuel la veía pasar gritaba:
- Esta Negra Caridad es tan fea, que parece sobreviviente de Hiroshima, es tan fea que cuando un fotógrafo la retrata de medio cuerpo prefiere fotografiarle los pies. Tan pero tan fea que si llega a tener un crío, la partera no necesitara darle una nalgada al negrito, cuando vea a la cosa que va a ser su mama, solitico se echara a llorar.

La Negra Caridad seguía caminando fingiendo no haber escuchado nada, misión muy difícil, por que todo el mundo se reía a carcajadas de cada una de las bromas del Negro Manuel, no se sabe bien si por que disfrutaban de las bromas o para simpatizarle al Negro, lo cierto es que todos se reían y la Negra Caridad aguantándose las ganas de llorar.

- Esta negra si es muy fea, Dios mío, por que no tuviste misericordia con ella, definitivamente con ella se te paso la mano.

Y todos reían, y ella aguantándose el llanto.

El único que criticaba al Negro Manuel por sus insultos para con la Negra Caridad era el Tío Fili:
- No deberías molestar tanto a la Negra Caridad, fíjate que ella es un alma de Dios, todos los días al salir de su casa, va para el asilo de ancianos, del asilo sale directo pal orfanato, luego pal hospital y finalmente pa su casa, donde vive con sus padres; como su nombre lo indica, su vida la dedica a la caridad para los que tienen menos que ella.
- Esta negra parece un excremento de vaca.

Y sin misericordia todos reían, y ella seguía aguantándose el llanto.

Un día un tío del Negro Manuel, enfermo; el negro tardó como cinco días en hacerle la visita. Y cuando llegó se llevó una sorpresa, la Negra Caridad salía del cuarto de su tío, al tiempo que decía:
- Tranquilo don Miguelito, yo mañana cuando regrese le traigo el pastelito. Con su permiso y que se mejore.

Presuroso el Negro Manuel se arrodilló junto a su tío y le preguntó:
- Caramba tío Migue, y que hacía aquí esa negra.
- Pues que iba a hacer aquí, lo mismo que ha hecho toda su vida, visitar a aquellos enfermos a los que nadie visita.
- Discúlpame porfa no haber venido antes pero es que estuve muy ocupado.
- Me imagino bebiendo donde el bueno de Filiberto. Y criticando a cuanto pase por el lugar.
- No me molestes tío, tú sabes que lo hago por alegra un poco la vida.

Esa tarde el Negro Manuel fue nuevamente donde el Tío Fili, y bebió hasta altas horas de la noche y bailó con cuanta negra estaba en el bailadero.

A los dos días regresó donde su tío Migue y se topó nuevamente con la Negra Caridad, pero esta vez la escena la sobrecogió. La Negra Caridad lloraba arrodillada junto a la cama de su tío al tiempo que decía:
- ¿Por qué te moriste Tío Migue, por qué?.
- Tío. Tío. ¿Qué te pasó mi tío querido?- gritó desesperado el Negro Manuel.

Esa misma tarde enterraron al tío Migue, muchos fueron los presentes, muchos fueron los que lo lloraron. Esa tarde el abogado dio a conocer la última voluntad del tío Migue, "Mi única heredera será aquella que me hizo la vida más alegre mis últimos años de vida, visitándome cada vez que me enfermé, acompañándome cada dos días en el asilo, siendo la única que me consentía llevándome pastelitos u otro cariñito. La Negra Caridad. Ruego a mis familiares no oponerse a mi voluntad."

Esa misma noche donde el Tío Fili, en negro Manuel blasfemaba contra la Negra Caridad:
- Claro, esa negra hace todo lo que hace por que de ese modo recoge todas las herencias de esos viejos a los que visita. - Un acento algo perdido se evidenciaba en su tono de voz, el Negro Manuel estaba borracho por primera vez en su vida - Perdóname Tío Migue susurró tan bajito que solo el Tío Fili lo pudo escuchar.
- No digas eso Manuel, es que no sabes que la Negra Caridad donó esta misma tarde toda la herencia de Miguel para el asilo de ancianos y el orfanato.





Desde ese día algo cambió en el Negro Manuel, nunca volvería a ser el de antes. Nadie recuerda un día como aquel, el Negro Manuel completamente ebrio recorría todas las calles gritando:
- Perdóname Tío Migue, perdóname.

Al día siguiente el Negro Manuel se levantó con una tremenda resaca, como nunca en su vida, salió a dar una vuelta para despejar la cabeza, en el camino se cruzó con la Negra Caridad y cuando se iba a acercar para agradecerle por el asunto de su tío, se escuchó un grito atravesando toda la plaza:
- ¡Que fea eres Negra Caridad, que fea!

Toda la plaza estalló en una sola carcajada, la Negra Caridad siguió como si nada hubiera escuchado, el negro Manuel no dijo nada pero miró a la Negra con una tristeza indescriptible esbozada en su rostro.

- No entiendo que me pasa Tío Fili, ya no me agrada que se mofen de la Negra Caridad, es más ahora me enoja cualquier crítica contra ella, a fin de cuentas no es tan fea.
- Tranquilo mi negro, ya lo entenderás.

Salió muy temprano de donde el Tío Fili esa noche y al salir ya algo tambaleante se cruzó con que la Negra Caridad salía del Hospital, la miró, ella lo miró, sus miradas se cruzaron, brillaron, él iba a agradecerle lo de su tío:
- Negra... - fue interrumpido por la Negra.
- No digas nada negro, no te sigas burlando de mí, las ofensas de todo el mundo me resbalan, las tuyas me duelen en lo más profundo del alma.

El Negro Manuel guardó silencio total.

- Qué me pasa Tío Fili, ayer no pude articular palabra frente a la Negra Caridad para explicarle que no me iba a burlar de ella.
- Solamente mi negro, pasa que te estás enamorando de la Negra Caridad.
- De verdad lo cree Tío Fili, la verdad la admiro mucho, porque es la única que piensa en los demás y más importante hace algo por ellos.

Pasaban los días y cada vez se convencía más el Negro Manuel que se estaba enamorando de la Negra Caridad, todo el día pensaba en ella.

- Cuéntame Tío Fili, cómo puedo ganarme el corazón de la Negra caridad si cada vez que me acerco a ella, ella jura que me voy a burlar de ella.
- Yo no sé mucho de esas cosas mi negro, pero existen dos formas de ganarse el corazón de una mujer; primero demostrarle que todas las cosas que a ella le gustan a ti también y segundo ganándose el corazón de sus padres.

Esa misma tarde a la casa de la Negra Caridad llegaron una caja llena de botellas de ron y un radio, un lujo que pocos tenían en esa época. Iban dirigidos a los papás de la Negra caridad, con una nota que decía "Deseo solicitar la mano de su hija Caridad, lo acompaño de unos presentes para ustedes".

Al día siguiente, muy temprano el Negro Manuel se apostó en la entrada de la casa de la Negra Caridad, para esperar que iniciara su rutina de todos los días. Cuando la vio salir le cerró el paso y le dijo:
- ¿Puedo acompañarte?
- Justo a usted lo quería ver, deje de burlarse de mí por favor, mis padres andan todo alborotados contándole a todo el mundo que el Negro Manuel, el más famoso de todo el pueblo quiere desposar a su hija, andan todo orgullosos, deje de jugar con los sentimientos de la gente, déjeme tranquila.
- Mi negra, mi deseo de casarme contigo es el más sincero y el más puro que haya tenido desde que tengo uso de razón.
- Lárguese, deje de molestarme.
- Comprendo que no me creas, pero de todas formas te acompañaré.
- Déjeme sola, lárguese, por favor, o voy a gritar para que me ayuden.
- Todos me respetan mucho, es más me temen, nadie te ayudará.
- Lárguese.
- No solo no me largaré sino que te seguiré a donde vayas.

Y entre el dicho y el hecho esta vez no hubo mucho trecho, por que el Negro Manuel acompañó durante todo el día a la Negra Caridad, primero al asilo, del asilo al orfanato, del orfanato al hospital y del hospital a la puerta de su casa. Muy agotado el Negro Manuel al terminar se fue a dormir sin pasar por primera vez en mucho tiempo por donde el Tío Fili.

Cuando despertó se levantó como un rayo, y cuando terminaba de vestirse cantó el gallo. Salió de su casa para la casa de la Negra caridad, de donde su negra para el asilo, del asilo al orfanato, del orfanato al hospital, del hospital a la puerta de la casa de la Negra Caridad, de ahí cogió derecho para donde Tío Fili, tenía que contarle todos los avances con su negra.

Y de pronto ese trayecto se volvió en la rutina de todos los días del Negro Manuel.

- Mi negra, quisiera que de ahora en adelante caminemos tomados de las manos, como novios formales, aceptas.
- Acepto mi Negro.

La noticia corrió rápidamente por todo el pueblo, todas las mujeres sintieron nacer en su corazón el sentimiento de los celos, los comentarios no se hicieron esperar.

- Esa negra segurito lo hechizo.
- Definitivamente las que no se bañan tienen mucha suerte.
- Seguramente el negro lo lleva a la cama y ahí mismito la abandona.
- Esa negra se lo dio, es la única forma en que me explico que esos dos estén juntos.

Todas las mujeres del pueblo decidieron confabularse contra la Negra Caridad, y es que no era posible que semejante esperpento de mujer se llevará al mejor partido del pueblo, nadie sabía como se lo iban a repartir al pobre Negro Manuel, solo estaban seguras, que con la Negra Caridad no se quedaba.

- Mi Negra, ¿Cómo estás? Espero que muy bien a pesar del chisme que corre por ahí, y es que ese Negro Manuel sí es mucho desgraciado, ¡no!.
- ¿De que me está hablando tú?
- ¿Cómo es que no sabes lo que ya en este momento es vos populi?
- No, no lo sé.
- Pues lo siento pero no quiero ser yo la que te lo diga. Adiós.
- No se vaya, vecina, vecina!! VECINA!!

Una tremenda curiosidad carcomía a la Negra Caridad, tenía que averiguar que decían de su Negro Manuel, y cada vez la curiosidad crecía más y más, porque parecía que todas las vecinas sabían algo y ninguna le quería decir nada. Para salir de toda duda, la Negra decidió acudir donde la Negra Filomena, una mujer con la que toda la vida había tenido problemas y seguro estaría dichosa de contarle aquello que supuestamente la haría tan infeliz.



- Dime que es lo que todo el pueblo está comentando, que es aquello que me está haciendo el Negro Manuel, se que aunque solo sea por hacerme daño, tú si me lo contarás. ¿Qué se dice?.
- Muy sencillo, y obviamente es cierto.
- Déjate de tanto rodeo, ¿Qué se dice?
- Pues que el Negro Manuel está contigo para obtener tu favor, y una vez lo haya obtenido te dejará botada por ahí.

La Negra Caridad sintió que la furia subía a su cabeza y ahí se acumulaba más y más y sentía que iba a explotar, tenía que averiguar si era cierto y solo existía una fuente a la cual acudir el propio Negro Manuel.

- Negro, necesito hablar contigo, la gente anda diciendo algo que necesito saber si es cierto.
- ¿Qué cosa andan diciendo?
- Dicen que tú estás conmigo sólo para obtener mi favor, y que apenas lo obtengas me dejarás botada.
- Y tú que crees mi Negra.
- No sé que pensar, dime tú que debo pensar.
- Debes creer lo que tu corazón te diga, pero me duele mucho saber que no confías en mí, ya que de ser así no estarías aquí preguntándome a mí.
- Como quieres que confíe ciegamente, aún me faltan pruebas de tu amor.
- ¿Quieres una prueba de amor mía, pues perfecta te la daré? Hoy 3 de mayo de 1939 a la media noche me pararé en el centro de la plaza del pueblo, cerraré mis ojos y callará mi boca. No hablaré con nadie diferente a ti, no miraré a alguien diferente a ti, solo de ti recibiré alimento. Y así estaré hasta que el reloj de la plaza diga que es la medianoche del 3 de mayo de 1940. Hasta entonces.
- Deja de decir tantas locuras.

El Negro Manuel empezó a caminar hacia la plaza, llegó al centro de la misma cerró los ojos y silenció.
- Estás loco, yo mejor me voy. Adiós.

Durante los días siguientes una noticia sobre el Negro Manuel, esta vez verdadera empezó a rondar por todo Quebrada Honda.

- Es que no sabes, el Negro Manuel está parado en el centro de la plaza, no le habla a nadie no mira a nadie, y así pasará un año completo, todo por culpa de la Negra Caridad que no creyó en él.

A mil voces el Alcalde del pueblo gritaba:
- Se nos arreglo el turismo, todos querrán ver al Negro Manuel cumpliendo una promesa de amor.
- Que este hombre se convierta en un ejemplo para ustedes, feligreses de mi parroquia, el mismo modo Jesús se dejó crucificar por amor a nosotros - decía en su sermón el párroco del pueblo.

Pasó una semana desde que el Negro Manuel estaba parado en la mitad de la plaza.

- Ya déjate de esta tontería Negro, te creo, me has demostrado que me quieres, vámonos.
- Lo siento mi negra, te di mi palabra y si no la cumplo no tendrías por que confiar en mí. Aquí me quedo.

Poco a poco seguía pasando el tiempo y el Negro Manuel seguía de pie en el centro de la plaza a pesar de las lluvias, las cagaditas de pájaro, los curiosos que intentaban hacerle hablar, el alcalde y sus discursos sobre el turismo, los turistas que llenaban la plaza del pueblo y todas las peregrinaciones organizadas por el párroco del pueblo.

- Mi Negro por favor déjate de esto, no me tienes que demostrar nada, han pasado seis meses ya, estás muy flaco, tienes que descansar, vámonos ya, discúlpame por no creerte, por desconfiar de ti.
- Un año dije y un año será.

Llegó la época de tormentas, en la plaza no había peregrinaciones, turistas, ni siquiera curiosos, solamente el Negro Manuel y la Negra Caridad pidiéndole de favor que no se quedara ahí. Sus ruegos parecían no ser escuchados.

Tres minutos antes de la media noche del 3 de mayo de 1940 dos borrachines intentaban caminar hacia la plaza central, realmente tambaleaban por las calles. Una agitación empezó a escucharse mientras se acercaba a la plaza central, era todo el pueblo que quería iniciar una fiesta para celebrar que por fin el Negro Manuel cumplía su promesa de amor. Cuando iban llegando escucharon el grito al unísono de los borrachos que decían:

- Se nos murió el Negro Manuel, se nos murió el Negro Manuel.

Cuando todos llegaron vieron un bulto en el centro de la plaza, un charco de sangre escurriendo de él y a la Negra Caridad llorando sobre él.

- Se nos fregó el turismo - gritaba el alcalde - estuvimos a pocos minutos de convertir en célebre esta plaza. Se nos fregó todo.
- Este hombre es un santo, es justo beatificarlo, intentaré comunicarme con el Vaticano mañana a primera hora.
- Por que te moriste mi Negro Manuel. Pedóname.

Dicen que desde esa noche cada vez que aparece la luna llena, las parejas de enamorados que caminan por la plaza central escuchan un susurro que dice "¡¡Pedóname Negro Manueeeeeeeeel!! ¡Pedóname Negro Manueeeeeeeeel!!".

jueves, diciembre 07, 2006

Nada Particular (Miguel Bosé)

Hermosa canción pero además con mucho mensaje para pensar en los exiliados y en lo estúpido de la guerra!



Vuelo herido y no sé donde ir
con la rabia cansada de andar
me han pedido que olvide todo, en fin...
Nada particular

Una vida y volver a empezar
No te pido una patria fugaz
Dignamente un abrazo, en fin...
Nada particular

Canta y vuela libre
como canta la paloma
Canta y vuela libre
como canta la paloma

Dame una isla en el medio del mar
Llámala Libertad...
Canta fuerte hermano...
Dime que el viento
No, no la hundirá

Que mi historia no traiga dolor
que mis manos trabajen la paz
que si muero, me mates de amor
Nada particular...

Canta y vuela libre
como canta la paloma...Nada particular
Canta y vuela libre
como canta la paloma...Nada particular
Canta y vuela libre
como canta la paloma...Nada particular
Canta y vuela libre
como canta la paloma

Dame una isla en el medio del mar
Llámala Libertad...
Canta fuerte hermano...
Dime que el viento
No, no la hundirá
Llámala Libertad...
Canta fuerte hermano...
Dame una isla en el medio del mar
Llámala Libertad...
Canta fuerte hermano...
Dime que el viento
No, no la hundirá
Llámala Libertad...
Canta fuerte hermano...

El Otoño



Si algo me ha verdaderamente impactado de mi vida en Concepción, ha sido el Otoño. Con sus maravillosos colores, sus distintas tonalidad, y su permanente cambio, podías ver un árbol dos veces en el mismo día y estaba diferente.

Observar el pasto verde, cubierto de hojas amarillas provocaba revolcarse entre todas esas hojas. El único problema tal vez, el trabajo que implica estar constantemente retirando las hojas y saber que en breves momentos otra vez estaría a rebosar de hojas.

Pic-nic al más allá (Gonzalo Arango; poeta nadaísta)

Esa noche me invitaron a un pic-nic a la orilla del mar.

Recostado en un tronco con el cerebro lleno de humo, la lógica se hizo ceniza en la hoguera sagrada.

De repente sentí que la piel me abandonaba con una dulzura zozobrante y se incendiaba en una estrella, allá lejos.

Estaba fascinado con el prodigio.

Por mis venas no corría sangre, sino un éter seráfico que me aliviaba de la pesadumbre del cuerpo.

Cerrados los circuitos del pensamiento, volaba al infinito dentro de mí mismo, hacia Dios.

En algún momento me asaltó cierto terror relacionado con mi vida. Sentí que e m i g r a b a . . .

Un turbio sentimiento de culpa embargo mi alma por atreverme en los Enigmas.

Presentí, aterrorizado, que iba a suceder lo mismo con mi piel: una fuerza brusca, sobrenatural, me arrancaría de mí mismo para arrojarme al vacío.

Con un miedo impotente me aferré al tronco para evitar la caída, pero la madera empezó a crujir desintegrada, en un divorcio con mi cuerpo, como si la materia me hubiera desterrado de su realidad.

En el absoluto desamparo evoqué lo que más amaba, lo más bello que me retuviera de este lado del mundo: esa mujer, la turbadora promesa de su ternura sexual.

Fue inútil.

Nada podía alcanzarme en el vértigo de aquel abismo en que giraba lejos de la posibilidad humana.

Náufrago del cielo, perdido en el torbellino de las constelaciones, brizna de nada en la eternidad, era arrastrado por aquella marea de terror a un reino de luz espectral, en las ilimitadas orillas del no-ser...

Si mal no recuerdo, esa amarillez mística imitaba un cielo religioso en que la luz era beatitud.

Sin duda había muerto en la tierra. Esta evidencia se impuso con tal claridad que no tenía objeto rebelarme. Consentí mi muerte y ni siquiera podía recordarme como cuerpo.

Heme aquí despojado de materia, vago sin memoria en cielos vacíos.

¡Mi Dios, qué desiertos! Soledades puras... esa luz sin límites... sin distancias... en que me siento perdido.

No veo a Dios ni tengo esperanzas de encontrarlo.

Me pongo a buscar desesperadamente aquella mujer que amé en la tierra, de quien una vez más me vendría la salvación.

Esta ilusión gravita en mí como un destino.

Recorro todos los estadios de la eternidad: nada, ninguna presencia, ningún signo. Lo humano está ausente del mundo.

Oh dioses, ¿dónde ocultáis a los mortales?

La idea de que tendré que vivir toda la eternidad en esta ausencia, abruma mi alma con el peso de un exilio.

Siento la tierna y terrible nostalgia de la tierra, la sed de su jugos, el júbilo del ron alrededor de la hoguera, una cascada en el monte chorreando sobre una mujer desnuda, mi mujer en un campo de girasoles, una hamaca bajo las estrellas de Tolú, olor de campos arados, ríos de miel, de rocío, ¡oh, sí, la tierra, reino transparente de luz, de plenitud!

Cuando volví del más allá los alcatraces jugaban en las olas del inmenso loto, burbujas de sol en el aire.

La tierra era un sueño que despertaba de la pesadilla de Dios, y era verde.

La bendije.


Nota: el texto es contribución de Luisa Fernanda Ordoñez para sitio web de Gonzalo Arango

Fuente:

Obra negra. Santa Fe de Bogotá, Plaza & Janés, primera edición en Colombia, abril de 1993, pp: 184 - 185.

viernes, diciembre 01, 2006

El viaje al norte Parte 5/6 (Norte de Chile, 2006)

El recorrido turístico

El último día del Congreso, para el acto de clausura organizaron un tour por la primera región, para el mismo había que cancelar una módica suma de 2000 pesos chilenos, algo así como 3 ó 4 dólares. Bastante barato considerando que los buses arrancaron el recorrido a las 8 y 30 de la mañana y regresamos a las 3 de la tarde, que el precio incluía además una empanada y una bebida. Sin embargo, considerando lo temprano que salimos, nadie desayuno, y considerando todas las horas que estuvimos por fuera no me hubiera molestado pagar mil o dos mil pesos más si el paseo hubiera incluido un almuerzo. La verdad es que llegamos a Iquique muertos completamente del hambre, y hubiera sido peor si no hubiéramos dormido prácticamente la mitad del camino, hay que recordar que la noche anterior fue la de “Mi Cafetal”, es decir, la de la mayor y mejor trasnochada.

Cuatro buses íbamos buscando nuestro primer destino y cuatro conductores desconocían el lugar exacto a donde nos dirigíamos, de los encargados de los buses, sólo uno sabía el camino para llegar a nuestra primera parada y el iba en el tercer bus, la mayoría de nosotros los del clan, íbamos en el último, que siguió atrasándose cuando uno de los científicos invitados para las conferencias magistrales de Canada sintió las inclemencias de trasnochar, tomar cerveza y vino, y subirse a un bus donde finalmente terminó mareándose, nos detuvimos en el camino para que el descansara y finalmente junto con el encargado del bus, decidimos seguir sin él, cuando lo vimos presentándole a su acompañante todo lo que había comido la noche anterior, y no lo hacía literalmente hablando. Este evento nos atrasó, por lo cual perdimos de vista al resto de la flotilla de buses, el conductor pensaba que sabía a donde íbamos, pero como ya les dije sólo una persona en el tercer bus sabía exactamente a donde íbamos, por lo que terminamos llegando a un lugar diferente que el resto de vehículos.

Al darnos cuenta que estábamos perdidos, más de la mitad de las personas que iban en el bus empezaron a llamar a alguien en los otros buses para contarles lo que nos había pasado, y al parecer el primer bus había equivocado también la ruta, y los otros buses lo habían seguido por lo que acababan de llegar al destino luego de perderse y tener que devolverse también. Nos dieron las instrucciones y logramos llegar a la primera parada una “lobera”, así es, una zona de playas rocosas habitaba por miles de lobos marinos, todos empezamos a acercarnos hacia la gente de los otros buses, menos de la mitad estaba en las rocas, los demás estaban en la playa tomando fotos pero sin acercarse demasiado. Había varias posibles razones para explicar eso, nos habíamos demorado demasiado, y ya se habían bajado de las rocas, la mayoría de la gente estaba muy cansada para subir a las rocas, la mayoría consideraba peligroso subirse a esas peligrosas rocas podrían caerse y romperse la crishma, o podrían (y resultó que esta última era la verdadera razón) pensar que era asqueroso tocar todas esas rocas blancas de tan bañadas en guano de aves que estaban. En mi caso, como no estaba cansado, no me parecía peligroso y no me daba asco, subí y tomé muy buenas fotos de los lobos, de las rocas y de aquellos que no subieron.

Los “Monos Pintaos”, sí, así como lo oyen, o debiera decir, sí, aí como lo leen, esa fue la segunda parada. Era un lugar parecido a las líneas de Nazca, en el pleno desierto entre varias montañas varias líneas dibujaban cantidades de animales y otras cosas. Fue impresionante la cantidad de fotos que se tomaron en tan poco tiempo, la mitad de las personas en las fotos aparecían precisamente tomando fotos, algo similar a lo que sucede en una final de fútbol durante un penal en los últimos cinco minutos que lo define todo, y absolutamente todos los fotógrafos y no fotógrafos se ponen de acuerdo para tomar fotos sincronizadamente.

La última parada fue “Humberstone” (no estoy muy seguro de cómo se escribe, así que lo escribí como me sonó), se trata de un pueblo fantasma, fue creado para algunas minas que había en la zona y fue mejorado para… y se volvió famoso cuando…, se grabó una novela en el mismo. Se podrán imaginar, era un pueblo completo, con plaza, teatro, escuela, hospital, piscina, mercado y todo lo demás. Ahí se realizó el acto de clausura y posteriormente nos repartieron una Coca Cola en lata y una empanada chilena de pino.
Estuvimos recorriendo las distintas edificaciones que constituyen el pueblo desde el Hospital, hasta la Escuela, pasando por un Hotel, un mercado, la plaza principal,, claro no pudimos recorrer cada esquina; algunos sitios no fueron por todos visitados, por ejemplo, la Piscina o las mismas minas.


Ya más tarde con la barriga engañada, no realmente llena, regresamos a Iquique, para que el estómago no se dé cuenta de la hora todo el mundo iba durmiendo al regreso. Llegamos y lo primero que todos hicimos fue buscar comida, algo no muy pesado en mi caso y el de los colombianos del clan, por que habíamos contratado para el almuerzo que finalmente se transformó en la comida una bandeja paisa en “Mi Cafetal”.

El viaje de regreso

Poco a poco la gente empezó a regresar a Concepción, y al igual que ocurrió con el viaje de ida cada quien se iba por su lado, pero claro el que más varió su recorrido fui yo, ya que viajé acompañado en la ida y ahora para vuelta me iba sólo. En la ida tomé un bus en Concepción y otro en Santiago, en este caso, tome avión en Iquique hasta Copiapó, me dediqué a conocer esa zona dos días y después si me devolví en bus hasta Santiago y de ahí a Concepción.

El Desierto de Atacama


Al bajarme del avión creía que empezaba a llover ahí en pleno Aeropuerto Atacama, en pleno desierto, pero aunque había agua esta no alcanzaba el suelo, a pesar de eso hacía muchísimo frío, eran las cinco de la tarde y ya empezaba a oscurecer. Tomé un transfer que me llevó a Copiapó donde pasé esa noche en una hostal, no podía llegar de una vez a Bahía Inglesa por que por las elecciones en Colombia las personas que me recibirían estaban en Santiago votando. Conocí un poco de Copiapó esa noche, pero finalmente me acosté temprano, lastimosamente el lugar donde llegué no tenía Fox Sports en su programación de Cable, y claro el resultado fue que no vi ni las clasificaciones ni la carrera de Mónaco de Fórmula 1, y ya todos sabemos lo que pasó (bueno está bien, pocos saben, Schumi perdió la carrera y fue sancionado por dejar atravesado el auto en plena pista de Mónaco cuando llevaba el mejor tiempo de clasificación), definitivamente si no puedo ver una carrera como que a Don Schumi le va mal. Así que no debo perder otra carrera este año.

A la mañana siguiente seguí conociendo y caminándome Copiapó, nada espectacular pero el clima bastante agradable fue razón suficiente para caminar otra vez bajo un buen sol sin queja alguna. Más tarde almorcé y después tomé bus para Caldera, pueblo a 15 minutos de Bahía Inglesa a donde yo llegaría. Amancay de Atacama es una estudiante que tuve en Colombia, es mitad chilena, mitad colombiana, y sus padres me ofrecieron posada.

Margaret Mercado, estaba llegando por avión desde Santiago, antes que su marido Héctor Cepeda, quien venía por tierra acompañando un camión que traía parte de una mudanza desde Santiago, hace unos meses había muerto la madre de la señora Margaret, y había varias cosas que preferían llevarse de una vez para vender la casa que ya nadie utilizaba.

Caminé por todo Caldera, por el muelle, por el litoral rocoso, la zona de restaurantes, y más allá esperando que sea la hora de salir para Bahía Inglesa













No se pierdan la próxima y última parte, donde conozco la tercera región de Chile y finalmente regreso a Concepción